Catedral Las Mercedes
Pedro Nolasco, un comerciante de la ciudad de Barcelona, dedicó su vida y fortuna a liberar a los cristianos cautivos. En tiempos de crisis, cuando los cristianos eran llevados como esclavos a África, Nolasco se convirtió en un faro de esperanza. En la noche del 1 al 2 de agosto de 1218, la Virgen María se le apareció, inspirándolo a fundar una congregación dedicada a la redención de cautivos.
Así nació la Orden de la Merced, una familia religiosa que ha liberado a miles a lo largo de la historia.
La devoción a la Virgen de la Merced se extendió rápidamente desde Cataluña a toda España, Francia, Italia y, con la evangelización, a América. Los mercedarios, conocidos por su hábito blanco y escudo distintivo, han sido símbolo de misericordia y redención.
Cuando se erige la parroquia, en enero de 1928, se nombra un párroco alemán el P. Otton Shurman que no llega a tomar posesión por razones desconocidas entonces se nombró a otro párroco el P. Alonso Villanueva es trasladado de Siguatepeque a El Progreso.
Shurman fue un hombre dinámico que al llegar encuentra nada y su primera misa la celebró el 11 de marzo de 1928 en una casa particular ya que no se contaba con un templo, es más tuvo que pedir prestados los vasos y ornamentos a los padres Paulinos de la ciudad de San Pedro Sula.
El 24 Mayo de 1928 se comienza la construcción del templo parroquial. El haber culminado con esta obra fue de puro milagro ya que no se contaba con fondos suficientes para la construcción de dicho templo quedando en deuda con los obreros.
Dicha deuda que se tenía con los trabajadores fueron pagados por los ciudadanos de El Progreso, pero no eran muy devotos ya que las misas eran poco concurridas. Dicha construcción duró 15 meses.
El 8 de septiembre de 1929 fue la bendición del templo por Monseñor Hombach bajo la advocación y patrocinio del señor San José y la Virgen de Las Mercedes.
El 20 de agosto de 1931 todo el pueblo progreseño se congregó en el parque “Las Mercedes” para asistir a la bendición de las campanas presidida por el obispo de San Pedro Sula: Juan Sastre.